lunes, 19 de septiembre de 2011

Limpieza de Memoria

Les ha pasado que revisan su agenda telefónica, y ven una interminable lista de contactos que no sabes ni porque siguen ahí. El objetivo es Iniciar una “limpieza”, la intención es omitir aquellas amistades a las cuales ya no frecuentas, y así librar un poco el espacio de tu memoria, sin embargo te atoras en el porqué tienes a tanta personalidad. Bueno primero encuentras que de entre esas personas, algunas ya han zarpado un viaje a un país diferente y no hay ni la mínima comunicación, otros son ex compañeros de trabajo que por ahora no sabes nada, y que en realidad no volvería a saber, tienes hasta el teléfono de encargado de la tienda de tu antigua colonia. Pero aunque sabes que volverás a ver o saber de ellos, te cuenta trabajo eliminarlos.

Comúnmente nos cuesta desechar cosas, personas, y hasta el recadito que tenemos ya casi borroso y con faltas de ortografía que te regaló tu primer novio. Y te lo topas años más tarde y es un señor regordete casado con un montón de hijos, y que para bien estar emocional tuyo, se ve mucho más grande que tu. Guardas las cartas en una caja vieja llena de polvo, el borroso boleto del primer concierto, la felicitación de navidad de la que entonces era tu mejor amiga, a la cual ahora te encuentras en el super y evitan saludarse o hacen que están distraídas viendo los precios del stand más alto, y tienen que sonreír porque tu carrito de compras chocó con el de ella, pero ambas huyen del acto. Pero logran Y juras que cuando llegues a casa romperás todo lo que hay dentro de esa caja. Pero haces lo opuesto cuando vuelves a leerlas y te provoca una risa sarcástica, y las regresas a su sitio. Algo dentro de ti dice que puede existir una pequeña excepción, son de las veces que le insistes al destino cambie el curso de las cosas, de la vida o de su extraña manera de actuar con aquellas personas a las que quieres y terminas por echar a perder, pero guardas un recuerdo que te provoca una sensación de bien estar.

Así somos los humanos, tan simples y complicados, pero por ahora me atoré y me costaba cerrar este ciclo. Y pensé, si existieran estos botones en nuestra forma de vida, entonces los aplicaríamos con frecuencia, así yo me evitaría este desastre que me ocasionó una simple limpieza de memoria. Y como lo hago con las cartas viejas, por el momento ignoré el “eliminar” y pasé a la opción “cancelar”.

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