viernes, 27 de marzo de 2009

Lluvia Infinita



Me puse a pensar en ti en medio de la muchedumbre atrapada en desvaríos incontratables bajo la influencia del sabor a gloria atrapada en una botella, queriendo liberarla a como de lugar. Participé en esa lucha aunque mía y la de mis acompañantes no era, juntos peleábamos contra el liquido amargo vertiendo y confundiendo a la sangre, causando en mi las ganas de verte en mi vida una vez más.
Ese ímpetu con el que apareciste en mi pensamiento en aquel instante, se volcó en un sentimiento de necesidad apresurada de estar a tu lado, de revivir aquellos recuerdos que llegaban a mi mente emanado emoción y una sonrisa en mi rostro no vista desde que la soledad inundó mi corazón, abandonado por la indiferencia envuelta en recelo.

Un lamento estremeció mi felicidad instantánea, mi conciencia había aterrizado estrepitosamente la realidad evocada por mi corazón, enlazada en la oscuridad de los ojos que me veían con indiferencia cada noche, al cual debía guardar fidelidad, estar con él había sido compartir dolores y alegrías venales, aturdidos mutuamente de soledad irremediable, sin saber que el amor estaba escondiéndose en aquella indiferencia y pena de evocar amor en palabras y caricias, llorando cada vez más sin sosiego, tratando cada día de entender un espejismo el cual mi alma no daba las mínimas señales de interés a la vida ni la de mi compañero nocturno.

Así que la presencia de antaño en aquel momento de incertidumbre formaron una alegría incontrolable en mí. Habían transcurrido segundos y yo yacía en medio de una lucha ya perdida, cubierta de gotas incesantes que caían de prisa a lo largo de mi rostro, recorriendo, acariciando mi cabello, atravesándose con la sonrisa y terminando el viaje en mi barbilla para caer al vacío. Ahí terminó el viaje que recorrí recordándote en cada gota caída del cielo, con la ilusión repentina, la felicidad instantánea, la febril carcajada encrucijada en el recuerdo reprimido de volver a tenerte por un instante.

martes, 24 de marzo de 2009

Un instante más



Trataba de resolver mis ideas y mis sentimientos, y no logré darme cuenta de que mi sentir, no tenía nada que ver con el presente incierto, mi futuro se veía amenazado por tres contrincantes demasiado obsoletos, cada uno atacaba de forma diferente, me restaban energía de manera improbable... sigue en: www.laislatuerta.org